EDITORIAL
Ofensiva bolivariana
Hugo Chávez se otorga plenos poderes para gobernar a su antojo durante 18 meses
20/12/2010
El presidente venezolano Hugo Chávez gobernará por decreto durante los próximos 18 meses, ignorando los resultados de las legislativas de septiembre, en las que no alcanzó los dos tercios de escaños necesarios para aprobar leyes fundamentales. Para obtener esas competencias, prácticamente dictatoriales, el líder bolivariano hizo aprobar al Parlamento saliente una ley habilitante que limita los poderes de la nueva Asamblea -que entrará en funciones el 5 de enero- y que le habría negado esa libertad de acción.
La excusa para una maniobra tan patentemente contraria al espíritu de la ley ha sido la catastrófica inundación que ha causado varias docenas de muertos y más de 130.000 damnificados. Pero la ofensiva legislativa de una veintena de decretos que se anuncia para los próximos días desmiente toda intención de restañar únicamente las graves heridas causadas por el clima.
El Gobierno, además de legislar sobre infraestructuras y servicios públicos, lo hará sobre tierras ociosas urbanas -para legitimar a posteriori ocupación de viviendas y hoteles de lujo-, seguridad, defensa y sistema socioeconómico. En particular este último apartado permitirá a Chávez hacer de su capa un sayo y aprobar todo lo que crea conveniente.
Y junto a la ley habilitante, un navideñazo. Así, los diputados salientes aprobaban una ley de responsabilidad en radio y televisión, y cuando Caracas fija responsabilidades ya se sabe que siempre es en detrimento de la libertad de expresión; cuatro leyes sobre competencias de consejos comunales en los que suelen ser mayoritarios los partidarios del Gobierno, para recortar los poderes de alcaldías y gobernaciones en manos de la oposición; una enmienda a la ley de telecomunicaciones, terreno en el que Chávez lo quiere todo para sí, y una ley bancaria que permitirá la intervención de las entidades por razones de interés público.
Todo un programa directamente encaminado a sentar las bases del socialismo del siglo XXI, eufemismo del control absoluto de los mecanismos del poder, especialmente a la vista de las presidenciales de 2012. Los recientes resultados electorales podían hacer temer a Chávez que la orgía de elecciones ganadas desde 1999 estuviera tocando a su fin. La dictadura chavista se divisa ya y no precisamente en la lejanía. La ofensiva bolivariana enfila su última recta.
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