domingo, 5 de diciembre de 2010

CAMBIO DE AÑO - Y DE DÉCADA

DOBLE, POLÉMICO ESTRENO

Cuando el cambio de año es a la vez cambio de década, historia y prospectiva remiten a duraciones de difícil articulación. Muchas son todavía nuestras ignorancias sobre los orígenes y la trama de la crisis financiera y económica pero también acerca de hacia dónde apuntan los cambios sociales y políticos provocados por ella en Europa y el mundo. La década transcurrida invita tanto más a la revisión inundada como está, precisamente ahora, por la tercera oleada de WikiLeaks, que rompe secretos de las relaciones internacionales de la todavía única hiperpotencia en la primera década de este siglo.

Profesionales del pronóstico ya se habían topado en 2010 con algunas sorpresas incómodas. Daban por seguro el declive de Angela Merkel pero hela aquí elegida por quinta vez líder por el Congreso Federal de su partido por un envidiable 90,4% de los votos y aplaudida diez minutos al terminar su discurso triunfalista: Alemania “está económicamente mejor que nadie”, sí, pero “si el euro cae, Europa cae”: hay que crear entonces “un nuevo anclaje para una cultura de la estabilidad en Europa”. Tras cuatro años de gran coalición con el SPD, ahora proclama que la única alternativa de coalición son los liberales. Triunfante Angela, sí, pero preocupada por el ascenso de Los Verdes en Berlín y por las elecciones del 27 de marzo en Baden-Würtenberg -bastión de su partido desde hace 57 años- que sin embargo ahora darían la victoria a la coalición SPD-Los Verdes.

Anunciaban también los augures a lo largo de cinco meses una crisis de gobierno del declinante Sarko con la segura caída de su primer ministro, que ya le estaba tratando de igual a igual aunque el presidente siguiera llamándole apenas su “colaborador”. Pero producida por fin la crisis Fillon permanece en el cargo y destaca al componer el nuevo equipo ministerial, excluyendo entre otros al ególatra ministro de Relaciones Exteriores, Kouchner, elegido y a la vez ignorado por Sarko cuando había que dar la cara y tomar decisiones. Christine Lagarde, que seguirá en Economía, afirma que este cambio es “totalmente revolucionario”. Se vuelve al imperativo de “la solidez y el profesionalismo”, entiende ella: con este nuevo gobierno “no hay lugar para la improvisación”. ¿Quiénes improvisaban entonces en el gobierno anterior? ¿Acaso el propio Presidente? Entra, triunfal, Alain Juppé en Defensa. Y una mujer va a Exteriores: Alliot Marie.

Cuanto más evidente ante todos es el protagonismo europeo de Alemania, subrayan algunos, polémicamente, el pacifico desorden, la aparición del espectro de una Europa multipolar, que corre el peligro de dividirse en separadas esferas de influencia. EEUU –dicen- concentrada como está en China, Irán y Afganistán, ya no está dispuesta a comprometerse en la seguridad interna de Europa. En cambio, los principales actores –la UE, Rusia y Turquía- tendrán que juntarse en un triálogo informal para construir una nueva seguridad europea. Vivimos ya en un mundo postoccidental, decretan unos cuantos profetas. Pero Angela Merkel, según Ulrike Guérot, está trabajando ya para construir una solidaridad europea no ilimitada, claro, pero que puede representar un gran salto adelante: en la gestión de la crisis de Irlanda –afirma Guérot- Alemania ya se está comportando mucho mejor que en la de Grecia. Y Vladimir Putin sostiene en Berlín ante Angela que “la crisis económica global ha revelado que tanto Rusia como Europa son muy vulnerables económicamente.” Ante lo cual afirma el ruso la necesidad de un espacio comercial de Lisboa a Vladivostok. “Es una visión de futuro!”, comenta la alemana.

“Nuestro país no sufre de demasiado Islam sino de demasiado poco Cristianismo”, sentencia Angela Merkel sin tomar en cuenta a creyentes de otras religiones, agnósticos y ateos. Luterana ella misma ¿qué papeles en qué escenarios asigna a los cristianos?

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