Recuerdo sí otra cargada de dolor, la de los últimos, penosos días de Juan Pablo II y aquel gesto suyo en la ventana cuando intentó hablar a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro y no pudo hablar, y no pudo reprimir el fastidio que esta impotencia le producía.
Pretendí escuchar esta noche la homilía de Benito XVI pero TV2 que la emitía la volvió inaudible al superponer torpemente, más fuerte, la traducción al español.
Conflictos muy intensos se han desencadenado desde que comenzaron a revelarse los escándalos de pedofilia en colegios católico-romanos de EEUU, Irlanda, Alemania. Las revelaciones seguirán y Benito XVI ya aparece personalmente implicado por ellas.
Cuesta imaginar qué efectos tendrá este proceso sobre el cuerpo eclesial y sobre la red transnacional de colegios católicos. Este proceso de conflictos ¿generará acaso una renovación en la institución romana y sus comunidades de creyentes?
No recuerdo una rectificación similar a la siguiente dentro de la cúpula romana:
A propos de l’homélie du P. Raniero Cantalamessa, vendredi, à Saint-Pierre, lors de l’office de la Passion, le P. Lombardi a déclaré à Radio Vatican :
« Rapprocher les attaques contre le pape pour le scandale de la pédophilie de l’antisémitisme n ‘est pas la ligne du Saint-Siège.
Le P. Cantalamessa a seulement voulu faire connaître la solidarité avec le pontife exprimée par un juif, à la lumière de l’expérience particulière de douleur subie par son peuple. Mais cette citation pouvait donner lieu à des malentendus ».
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