"Andy Murray torments his opponents until they self-destruct", sentencia Eben Harrell en Time June 28, 2010.
Me temo que esta formidable capacidad destructiva puede darle la victoria en Wimbledon, hoy, frente a Nadal. Que arrastra sus propios tormentos físicos desde hace meses y que, fuera cual fuera el resultado, cultiva el pathos a lo largo de todos los sets.
Dicho de otro modo: Murray es a Nadal lo que Hamilton es a Alonso. Con mayor elegancia, esperemos, que el mulato británico, que afirma que el astur "vive en otro mundo, es envidioso".
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