El Reino de España no tiene una cultura política equiparable a la de EEUU, y una prueba reiterada de ello es que el propio Presidente de Gobierno no sabe cómo se llama la hiperpotencia mundial (ayer, 14 de julio, volvió a denominarla “Estados Unidos de Norteamérica”). Importar el State of the Union rebautizándolo Estado de la Nación fue una torpeza más del postfranquismo, de esta joven democracia donde unos hablan de la Nación en singular y otros de naciones plurales.
Este año, Rajoy pide elecciones pero no anticipa programa. RZ le impulsa a presentar una moción de censura pero, evitándola, Rajoy muestra a pesar suyo que sabe que hoy por hoy la perdería. También sabe el elegido de Aznar que no puede ofrecer un programa diferente al del RZ apóstata actual. Como el señorito de León, el gallego tendría que cumplir lo que Duran le pidió semanas atrás a RZ: “Haga lo que le mandan”. Lo que le mandan fronteras afuera, claro. EEUU y los grandes de la UE y las instituciones de la UE controladas por ellos.
Bien estuvo Rajoy ayer, al pasar revista a las contradicciones entre el último y el penúltimo RZ. Mal al no asistir hoy a la última jornada de este “Estado de la Nación” que no abre ningún camino nuevo.
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