SANFERMINADAS
La barbarie taurina tiene su rostro más engañoso con los sanfermines. La televisión se concentra cada mañana en la multitud de celebrantes que, con los encierros, vestidos de blanco y con pañuelos rojos, corren por la calle mezclados con los toros. No se sabe quién arremete contra quien: hombres o toroes. Distanciadas por horas, las abominables corridas serán por la tarde.
Durante los encierros, muchos sanfermineros asedian a los toros, por detrás o por delante, arriesgando ser embestidos por ellos, y cualquiera que lo es tiene sus segundos de gloria al concentrarse la cámara en ellos. Hay unos pocos heridos y el primer día no hay muertos, pero para despejar las dudas RTVE culmina su larga versión matutina desde el hospital para dar cuenta del número y el estado de las víctimas. Tras el primer encierro, no ingresó al hospital ninguno. Tras el tercero, que ya llaman “la carrera más larga de este año”, ingresan tres: un corneado y dos contusionados.
Por la mañana, en las dos corridas que he visto, RTVE no mostró ninguna mujer entre los que asediaban a los toros. Todas parecen abstenerse de la participación activa en la carrera, pero muchas son entusiastas espectadoras detrás de las barreras o desde los balcones.
Hoy, TVE dedicó 42 minutos a partir de las ocho de la mañana a mostrar y volver a mostrar la corrida, como si fuera el acontecimiento más importante del día. Ni siquiera el Mundial de Fútbol puede con los Sanfermines. Menos aún la Politica, la Economía. La televisión pública española adhiere y celebra una vez más la barbarie taurina.
Hasta ahora, no ha mostrado TVE animalistas contrarios a las corridas, hombres y mujeres valientes lanzando sus mensajes verbales, escritos o corporales como hicieron hace unos años con sorpresivo impacto. Su aparición estos días sería la única señal positiva en medio de este festival que deja a la hermosa Pamplona casi sepultada por los excrementos y la basura.
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