Años atrás, Especialistas Secundarios era uno de los pocos programas diferentes en medio de la terrible cadena de trivialidades que la SER, como todas, extiende cada verano. Cultivaban un humor diferente, sabían elegir las víctimas de su humor, comprimían los relatos en una duración mínima y mantenían el ritmo a lo largo de una hora de la tarde temprana.
Ahora, la repetición que hace la SER de algunos chistes suyos para promover a los mismos humoristas, me los ha vuelto indeseables. No por culpa de ellos, no puedo juzgarlos ahora ya que no escucho más el programa, sino por imperio de la SER, que parece ignorar que un chiste repetido deja de ser divertido, y un chiste repetido tanda a tanda, hora a hora, día a día, se vuelve insoportable.
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