El sociólogo francés Alain Touraine presenta una dura prospectiva sobre la evolución de la sociedad contemporánea bajo el título "Entre dos porvenires", en un acto realizado en el Institut d’Estudis Catalans el pasado 2 de junio. La Sociedad Catalana de Sociología invitó al prestigioso sociólogo Alain Touraine, recientemente ganador del
Premio Príncipe de Asturias, a impartir una conferencia sobre los retos de la humanidad en el contexto de la crisis global. El acto fue presentado por Josep M. Rotger, presidente de la Sociedad Catalana de Sociología, quien introdujo Touraine como uno de los sociólogos contemporáneos de referencia más importantes, afirmando que "su pensamiento constituye un todo coherente que permite entender los cambios de la sociedad actual". Alain Touraine ha sido miembro del
École des Hautes Études en Sciences Sociales, profesor en varias universidades, y ha sido distinguido con múltiples galardones civiles y académicos durante su trayectoria profesional.
Alain Touraine en la sala Prat de la Riba del IECTouraine presentó su intervención bajo la expresión "Entre dos porvenires", que había querido aprovechar después de que su editorial la rechazara como título para un libro, según comentó amenizando en cierto modo lo que después sería una charla, por otro lado, relativamente poco optimista. Dentro del análisis sociológico, anunció que su punto de partida es el de relacionar la crisis concreta que estamos viviendo con su evolución a largo plazo. Después de la crisis no debería poderse volver a los estadios anteriores a ésta, ya que los errores se podrían repetir. Desgraciadamente, la crisis financiera tarde o temprano volverá porque actualmente estamos situados en un escenario idéntico a los momentos previos de la crisis bancaria, ya que los capitalistas vuelven a tener dinero y se está volviendo a especular sin ningún tipo de regulación. Para Touraine,
"Se puede imaginar una crisis sin fin, y esta es una hipótesis seria, aunque sea una visión pesimista del porvenir". Para el caso de Europa la situación es especialmente grave ya que no hay perspectivas de crecimiento económico, mientras el resto de potencias emergentes no han parado de crecer. Europa no tiene el dinamismo profundo de EEUU, con una capacidad de innovación científica y aplicación tecnológica, y de modernización y transformación enormes. El caso español es paradigmático, ya que la inversión en educación superior y protección social es alarmantemente baja.
Esta crisis de crecimiento vaticina una crisis social y política, y también es grave la falta de movilización social. Siguiendo a
Tocqueville, Touraine recordó que la movilización sólo aparece en ciertos momentos de mejora, tal y como ocurrió, por ejemplo, en la revolución francesa. Pero en este sentido, el sociólogo francés cree más en la posibilidad de una ola de violencia y rupturismo a nivel político, con un impacto social que veremos pronto, seguramente en los próximos cinco años. También auguró el declive definitivo de la presencia de los valores europeos en el escenario internacional, con la incertidumbre de saber si principios como los de la liberalización política serán finalmente respetados por las potencias emergentes, lo que a priori no parece muy factible en casos como el de China. A nivel sociológico, lo más interesante de esta crisis es que significa una aceleración de una tendencia de larga duración, dijo.
La síntesis sociológica obliga a concluir que la situación actual es la de un sometimiento absoluto del ámbito social a las fuerzas económicas. Economía y sociedad han dejado de ser dos conceptos complementarios, la división es total. La indefinición de las ideologías políticas, con la crisis del eje izquierda-derecha es un ejemplo de este sometimiento a la lógica del mercado. Las ciudades como fenómenos complejos que cada vez escapan más a las categorías de análisis, o los modelos de familia en profunda transformación son sólo algunos otros ejemplos de que la fuerza de lo social ha muerto, según el sociólogo. Touraine considera que en este marco sólo se puede plantear una solución: el universalismo de la razón y los derechos humanos. La defensa de derechos sectoriales debería sintetizarse en la búsqueda de derechos universales, siguiendo a Hannah Arendt, el conferenciante dijo que
"Los seres humanos se definen porque son los únicos que tienen el derecho a tener derechos".
Durante el turno de palabras, Touraine se excusó por no haber incluido de manera prioritaria la variable ecológica en su parlamento, aunque la considera un factor determinante en la evolución de todos los procesos macro-sociales actuales. La conferencia se realizó en la sala Prat de la Riba del Institut d'Estudis Catalans, gozó de una concurrida asistencia y se emitió
online en la web del IEC.
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