CADA UNO POR SU LADO
En su primer Estado de la Unión (Europea), cuando Durâo Barroso pidió “no despertar los fantasmas del pasado” en el Parlamento Europeo todo el mundo sabía a quién se refería, pero sabía también que Sarko, tan patriota él, sigue decidido a rechazar cualquier intento de suspender la expulsión de los gitanos.
Por 337 a 245, la Eurocámara expresaba después, con más concreción, su “profunda preocupación por las medidas adoptadas por las autoridades francesas “y por otros estados miembros” con respecto a los gitanos. Estos “otros” no identificados serían, dicen, Italia y Hungría. La Eurocámara insta, “a tales autoridades” a suspender inmediatamente las expulsiones de gitanos”.
“En el Parlamento se pierden votaciones de vez en cuando”, argumentó despreocupadamente Joseph Daul, el jefe del grupo popular.
“Francia no suspenderá las expulsiones”, reiteró por si todavía hiciera falta Eric Besson, el ministro francés de Inmigración. Por una simple cuestión de competencias: la ·Eurocámara “se ha salido de sus prerrogativas”. Basta con leer la normativa vigente para darse cuenta de que esta vez no hay tal “salida”. Las expulsiones masivas “violan los tratados de la UE y la legislación comunitaria. (…) Las expulsiones deben ser evaluadas y decididas caso por caso, teniendo en cuenta las circunstancias personales y con garantías procedimentales.”
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