Siempre fue PQ un escritor de prosa arborescente, capaz de llegar a algunas raíces pero no de estructurar el tronco de un pensamiento sistematizado. Por eso me parece absurdo que en la crónica adjunta, de Jordi Barbeta, se diga de Montilla "que no reaccionó contra su antecesor, sino contra los autores de la revista", que consideró "juego sucio" aludiendo al supuesto aprovechamiento por ellos de la enfermedad de Maragall. Y que Barbeta añada que "la propia familia del ex president autorizó -incluso por escrito- que se publicaran las declaraciones tal como se reprodujeron en la revista del partido". Como si ante cada nuevo escrito del enfermo de Alzheimer hiciera falta el nihil obstat familiar.
"Parece como si me hubieran declarado convergente", comienza por decirnos PM. Y alega: "La alternancia es la ley de la democracia". Y advierte, contra el desaforado optimismo de las masas de agosto: "una cosa es salir a la calle un día del año y otra, mantener la tensión un año entero. Una cosa es manifestarse y otra, votar." Evidentemente, PM.
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