La primera piedra contra Sarko la arrojó, con arrogante estupidez, la Comisaria de Justicia Vivian Reding, al comparar las deportaciones de gitanos con lo ocurrido en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. El Patán se la devolvió con un ejercicio de humor negro, apuntando a la patria de la Comisaria: "No habría ningún problema si los luxemburgueses quieren acoger a los gitanos".
Los colegas de Sarko formaron un coro de críticas a la Reding. Berlusconi -que ya había lanzado su cruzada antigitanos en abril 2008- subrayó: "La señora Reding haría mejor en tratar el asunto en privado con los dirigentes franceses antes que en público como lo ha hecho." No tuvo en cuenta que ni siquiera en el gabinete del Patán hay una postura común, compartida por todos los ministros: ya he marcado en una entrada anterior que las disidencias incluían al propio primer ministro y al ministro de relaciones exteriores.
Sarko pareció conseguir el apoyo incondicional de sus pares. Angela Merkel afirmó que las declaraciones de Reding no son "apropiadas". Embalado por tantos apoyos de sus pares, el Patán osó decir que Angela le había comunicado a su vez que iba a seguir el ejemplo francés de desmantelar campos de gitanos; más todavía, que lo haría en las próximas semanas. idencial. Al regresar a Berlín, el vocero de Angela desmintió este anuncio del Patán. Una vez más, la Canciller le queda grande al Presidente de la segunda potencia continental.
"La Comisión ha ofendido a Francia", le dijo Sarko a un diplomático. Personalizando agravios, apuntó directamente contra Barroso. Según su colega búlgaro, hubo una discusión muy dura entre los dos. Cameron la llamó "un debate muy vivo". Barroso, inmutable, marcó el principio básico para toda la discusión: "La discriminación contra minorías étnicas es inaceptable" .
Esta cumbre había sido citada nada menos que para Rediseñar la Política Exterior. La inaceptable discriminación practicada por Sarko y la complacencia de sus pares, RZ incluído, impidió asomarse siquiera a tan urgente rediseño.
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