A punto de lanzarse al mercado esta semana, Decision Points parece un acto de coraje más que una autobiografía integral, convencional e idealizada de George W. Bush. Apunta sólo a catorce decisiones que marcaron su vida, incluso sus años en la Casa Blanca.
Por ejemplo: "A nadie le asombró tan negativamente como a mi, ni le enojó tanto, el hecho de no haber encontrado armas de destrucción masiva en Irak", confiesa Bush. No sé qué dice Tony Blair en su autobiografía y qué diría el minúscculo, curiosamente sonriente tercer vértice del triángulo de las Azores. "Me sentía mal cada vez que pensaba en ello", añade Bush. "Y todavía me siento mal."
También nos hace saber ahora que, de cara a su reelección en 2004, había pensado en liberarse de Dick Cheney "para demostrar que yo estaba a cargo del gobierno". Pero al final lo mantuvo porque convenía tenerlo cerca. No sé si como co-decisor y/o para tenerlo bajo su control.
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