Se atribuye a Alain Duhamel -hace tiempo que no le escucho- el lanzamiento, al comienzo de este año, de la advertencia contra un supuesto "riesgo de berlusconización" del debate político en Francia debido al estilo del Presidente: "Sarkozy siembra tempestades y recoge borrascas".
Jean-Marc Ayrault, jefe de filas de los socialistas en la Asamblea Nacional, lo describe como "la misma autosatisfacción, la misma veneración del dinero, la misma voluntad de hacer callar al movimiento social, la misma perseverancia en limitar los contrapoderes, la misma tentación del populismo."
No me parece adecuada la comparación. Por más dinero que haya acumulado, el Patán no es el gran patrón, el primer empresario de su país, ni cuenta con los formidables recursos televisivos y deportivos del italiano, y habrá que ver si puede permanecer en el poder y/o volver al poder como el italiano. No necesita del poder politico, como Berlusconi, para mantenerse impune ante imputaciones penales que lo llevaran a la cárcel. Carece del sentido del humor -grueso pero celebrado por gran parte de sus conciudadanos- que ha asegurado una larga vigencia al espectáculo Berlusconi. El Patán es un compulsivo hipertenso con el índice siempre erecto incapaz de hacer reir cuando se pretende chistoso.
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