Derrotar a los campeones del mundo por 4 a 0 es una hazaña de Portugal equiparable a la del 4 a 1 logrado por Argentina.
En ambos casos, derrotas humillantes para España y para cualquier equipo de fútbol.
En este caso, con el efecto añadido de ser el primer partido jugado por el equipo español después de recibir su Principe de Asturias. Y, peor todavía para España, al estrenar el nuevo, discutible diseño de la Roja.
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